La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, instó hoy a las autoridades mexicanas a llevar a cabo una investigación rigurosa del asesinato del periodista Salvador Adame Pardo, locutor y director ejecutivo de Canal6 Medios de TV en el Estado de Michoacán.
“Condeno el asesinato de Salvador Adame Pardo”, afirmó Bokova en un mensaje dirigido a la prensa.
“Hago un llamado a las autoridades para investigar el secuestro y asesinato del locutor. La impunidad no se puede permitir pues envalentona a los que usan la violencia para impedir que los periodistas lleven a cabo su trabajo”, agregó.
El Fiscal del Estado de Michoacán anunció el 26 de junio que los restos de Adame Pardo habían sido identificados.
El fundador de Canal 6 Medios estuvo desaparecido desde el 18 de junio, cuando hombres armados lo secuestraron en la ciudad de Múgica.
En los registros de la UNESCO, el caso de México llama la atención, pues dedica 14 páginas con los nombres de los periodistas asesinados, lo que lo convierte en el País más letal para los comunicadores de América Latina.
Entre los países con un récord pobre en derechos humanos, alto nivel de impunidad, violencia y corrupción de la región, México va a la delantera y supera a naciones como Venezuela, Brasil, Honduras, Guatemala, y El Salvador.
En lo que va de 2017, según datos de la UNESCO, México es el único País de la región en donde han ocurrido 8 asesinatos de comunicadores.
Lo anterior, de acuerdo con la ONU, atenta contra la libertad de expresión y el derecho a la información de una nación entera.
En este año, Honduras y Guatemala han registrado un caso respectivamente.
Entre 2006 y 2015, la UNESCO contabilizó 58 asesinatos de periodistas en México; 32 en Honduras; 32 en Brasil; 4 en El Salvador; 9 en Guatemala; 18 en Colombia; 3 en Ecuador y 3 en Venezuela.
En el mismo periodo, el organismo contabilizó un periodista asesinado en Guyana; 2 en Haití; 1 en República Dominicana; 1 en Bolivia; 6 en Perú y 6 en Paraguay.
Desde aquel emblemático asesinato de Manuel Buendía (Excélsior) en 1984, considerado el primer crimen narcopolítico en el País, es abrumador el nivel de impunidad con respecto a estos delitos.
En lo que va del año, a pesar del clamor de la sociedad, de la indignación de periodistas y medios de comunicación, además de la presión internacional, no se ha esclarecido ninguno de los 8 asesinatos, ni se ha llevado a nadie ante la justicia.