Nueve meses después de que huyera de México por la frontera sur, el exgobernador de Veracruz Javier Duarte regresará a México el próximo lunes en manos de la policía y con las esposas puestas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala ha confirmado el miércoles la extradición de Duarte para el 17 de julio, aunque aún están pendientes algunos detalles como la hora de la entrega y si Duarte viajará en un avión enviado por la Cancillería. El anuncio llega una vez resuelta su extradición y tras los reclamos de Guatemala para que México se lleve cuanto antes a Duarte, a quien considera un preso de “alto riesgo”.
El ministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Rivas, alertó la semana pasada que corre peligro la vida de Duarte, contra al que podrían atentar distintos grupos criminales, confesó el ministro. “Tenerlo aquí representa un riesgo”, dijo Rivas, quien pidió a México que “cumpla con su responsabilidad de venir a traerlo (buscarlo) porque es una gran responsabilidad para Guatemala: Su integridad y su vida corren peligro”, insistió.
El ministro esperaba entonces que en días u horas Duarte pudiera salir del país una vez que ya había aceptado su extradición, una decisión que, finalmente, ha llegado diez días después. Paralelamente, Rivas hizo una sutil confesión que levantó la ceja de quienes ya esperan al político veracruzano para saldar cuentas, al decir que tiene información sobre corrupción “importante para México”.
Entre la información que podría manejar están las relaciones de Duarte con su antiguo partido, el Revolucionario Institucional (PRI), tal y como se reveló el martes gracias a un audio difundido en las redes sociales por el entorno del actual gobernador y opositor político, Miguel Ángel Yunes. En el mismo, Duarte regaña a su extesorero, Tarek Abdalá Saad, por el retraso en el envío de 1.000 millones de pesos al PRI. El regaño de Duarte se produjo semanas antes de la elección a gobernador de 2016 y en él le recrimina a Abdalá —hoy diputado federal priista con un juicio de procedencia estancado— no haber enviado el dinero a la sede nacional del partido.
El exgobernador fue capturado el 15 de abril en la localidad guatemalteca de Panajachel y está preso desde ese día en una cárcel de máxima seguridad en la capital. Con su detención se puso fin a una sonrojante fuga para el Gobierno de Enrique Peña Nieto, fue la captura del político que mejor encarna la corrupción de los últimos años en los gobiernos estatales.
Duarte es acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita que habría cometido como gobernador de Veracruz entre 2010 y 2016. En su propio Estado también tendrá que afrontar cargos por tráfico de influencias, incumplimiento de deber legal, abuso de autoridad y peculado.
“He decidido allanarme al pedido de extradición formal de México en relación con los delitos federales, de operaciones con recursos de procedencia ilícita y de delincuencia organizada, ya que no cometí tales delitos”, dijo Duarte el día que aceptó su extradición. “Es mi deseo así acreditarlo ante la Federación de mi país”. Un deseo que podrá cumplir a partir del lunes.