Tras cuatro meses de lucha en las calles contra el gobierno, dos y medio de tregua y unas elecciones regionales ganadas de forma “tajante” por el oficialismo y no reconocidas por la oposición, Venezuela entra en una nueva fase.
Los resultados que dieron al chavismo 17 de las 23 gobernaciones abren un periodo de incertidumbre.
Para este lunes, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición que agrupa a la mayor parte de la oposición, llamó a actividades en la calle.
EL CNE otorga al oficialismo el triunfo en 17 de las 23 gobernaciones en las elecciones regionales de Venezuela y la oposición desconoce los resultados
Pero, ¿volverán las protestas que de abril a julio dejaron unos 120 muertos? ¿Se ampliarán las sanciones internacionales contra un gobierno visto con sospecha por un gran número de países? ¿Morirá definitivamente la mesa de diálogo?
Incertidumbre, conflicto y más sanciones vendrían a agravar una economía que registra la mayor tasa de inflación del mundo y que sufre escasez de alimentos, medicinas y de otros productos básicos.
“Es el peor escenario posible”, le dice a BBC Mundo el economista y director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León.
León, que considera que las elecciones no fueron transparentes, no entra a juzgar la veracidad de los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), al que la oposición acusó de fraude.
Pero el analista cree que el triunfo oficialista en gobernaciones (17 a 5 a falta de los datos definitivos en Bolívar) y el número total de votos a nivel nacional (54% frente al 45% de la oposición, según el presidente Nicolás Maduro) tendrá consecuencias negativas para el país.
“Es un resultado que no va a aceptar la oposición ni la comunidad internacional”, anticipa León.
¿Sanciones de la UE?
El portavoz de la MUD, Gerardo Blyde, ya dijo que esta no reconoce los resultados, muy diferentes a los que manejaba la coalición, que en horas de la tarde del domingo celebraba por anticipado una victoria “gigantesca”.
Y el director de Datanálisis enlaza las posibles consecuencias de los resultados: “Denuncia de fraude, llamado a una lucha distinta a la electoral, agudización de sanciones de Estados Unidos y también de Europa, y las posibilidades de negociación afectadas”.
Es más que probable que Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y el llamado Grupo de Lima, formado por 12 países de América Latina, sigan a la MUD y no acepten los resultados de un proceso que, de inicio, fue polémico.
La oposición denunció, entre otras cosas, que el CNE no permitió la sustitución de los candidatos que habían sido derrotados en las primarias de la coalición y también se quejó por la reubicación de numerosos centros de votación, que dificultó el sufragio a cientos de miles de electores.
Cómo Venezuela pasó de 4 meses de choques y protestas diarias a una aparente calma
Los países o bloques citados dudan del talante democrático del gobierno y piden la liberación de presos políticos, diálogo, reconocimiento del Parlamento y procesos electorales justos.
La Unión Europea tiene previsto esta semana estudiar sanciones como las que han impuesto Estados Unidos y Canadá. ¿Será la elección de este domingo un argumento?
El impacto en la economía
Para León, “la oposición queda pendiente de acciones internacionales que son discutibles, porque las sanciones pueden tener un impacto severo contra el país y su población”.
Estados Unidos ha sopesado incluso una posible medida contra las importaciones petroleras de Venezuela, que consigue con el crudo, pese a la crisis del sector, el 96% de sus divisas.
Las previsiones del escenario económico son además muy malas para Venezuela, a pesar de que aún cuenta con el apoyo aún de Rusia y China como principales aliados.
¿Qué implica que grandes países desconozcan la Constituyente de Maduro en Venezuela?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó y publicó la pasada semana sus estimaciones sobre el país petrolero: estima en 2.300% la inflación para 2018 -la mayor del mundo con mucha diferencia- y una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 12% en 2017 y del 6% el año próximo.
También prevé un desempleo del 30%, que sería el más alto de la región.
“Todo esto amplifica el deterioro, no aumenta la confianza, hay más riesgo, más sanciones, más conflicto, menos probabilidad de negociación”, analiza León.
Pero parece que la batalla internacional es la única que la oposición puede ganar.
Tras 18 años de chavismo, la MUD logró un importante triunfo en las elecciones legislativas de diciembre de 2015 e inmediatamente impulsó un referendo revocatorio a Maduro, que sin embargo el CNE suspendió por un presunto fraude en la recogida de firmas previa.
Desde abril promovió la lucha de calle después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) usurpara funciones del Parlamento. Pero las protestas se saldaron con 120 fallecidos y con la frustración de que el gobierno impuso la Asamblea Constituyente que deseaba.
En ese clima de desazón, no pudo convencer a todos sus sectores de participar y votar en las elecciones de este domingo. La participación de 61,14% no se corresponde con la de un plebiscito contra Maduro, al que quiso equiparar la elección regional.
Y León considera que cundirá el desánimo en la oposición, a la que por el momento se le hará difícil movilizar de nuevo la calle, estrategia que por lo demás ha supuesto un gran sacrificio -de vidas y de desgaste- sin demasiados resultados para sus intereses.
“Acorralada”
“La oposición queda acorralada por una fuerza que controla el poder, las armas y está dispuesto a lo que sea”, es la lectura de León.
“Cuando pierdes, cuando tu enemigo es más grande, hay una posibilidad futura de rescatar una mayoría o construirla; (pero) si la oposición ve que el gobierno se va a quedar en el poder siendo minoría, los escenarios son luchas para las que no tiene estructura, ni capacidad, ni organización”, agrega el analista.
El oficialismo, por su parte, celebra, pese a que puede tener por delante la gestión de una situación económica cada vez más crítica.
Y es que no sólo controla la gran mayoría de los estados, sino que, excepto Zulia, todos los más importantes.
“La revolución alcanza un nivel de irreversibilidad”, aseguró el domingo Diosdado Cabello, uno de los principales dirigentes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
“El chavismo arrasó”, festejó Maduro.
Tras 18 años en el poder, parece que el chavismo sigue pareciendo invencible; que no se le puede derrotar en la calle ni en las urnas; que es inmune a todo, incluido a una crisis que va camino de agravarse.