Frank Cuesta asiste a una cacería en Sudáfrica para tratar de entender por qué se hacen
“Queremos transmitir que el animalismo se ha hecho una moda y que para criticar algo hay que entenderlo”. Frank Cuesta lo tiene claro con esta afirmación. El presentador y herpetólogo estrena un nuevo programa especial en DMAX en el que trata de comprender algo que detesta: la caza. Y lo hace, casi de mala gana, asistiendo en Sudáfrica como observador a una cacería legal organizada por cazadores profesionales. “Queremos explicar por qué se caza, que tiene de bueno y de malo. Odio la caza, pero hay que entender las dos partes, con respeto”, dijo Cuesta en la presentación del programa Wild Frank: Cazadores (domingo 5, 21.30) el pasado martes en Madrid.
El presentador acompaña a dos cazadores en su búsqueda de una jirafa, trofeo que uno de ellos no tiene. A lo largo del programa habla con ellos y, en la línea habitual de Cuesta, da su opinión con vehemencia. El presentador admite que hubo momentos tensos con los cazadores, que no se verán en pantalla, por los que el programa estuvo a punto de irse al traste. “Frank es testigo, nunca cómplice, pero sí da su opinión”, explicó Carolina Cubillo, directora de la productora Molinos de papel. “Fue una experiencia muy dura, porque era un lugar donde en principio no queríamos estar. Es un ejercicio de diálogo”, apuntó Maxi González, director del programa.
La caza en Sudáfrica es un negocio. Cazar cada pieza, de forma legal, puede costar al cazador miles de euros, a lo que se suman extras como quedarse con la piel o disecar al animal. “El problema más grande no son los cazadores. Lo triste es que hoy los animales tienen menos espacio para sobrevivir”, explicó Cuesta, que en el programa llega a la conclusión de que, en ocasiones, la caza es necesaria, aunque a él no le guste. Y que el ego manda mucho en un negocio que pasa por matar como deporte.