Para el abogado mexicano, la relación entre EEUU, Canadá y México, abarca mucho más que los aspectos comerciales y financieros, que han acaparado injustamente la atención.
Por Ciro Peñalosa
La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que desde su puesta en marcha en 1994 no ha tenido más indicadores que los relativos al comercio entre las tres naciones firmantes, debe aprovecharse no solamente para fortalecer aspectos como la revisión de los aspectos económicos y financieros o la seguridad de las fronteras sino algo que es fundamental: los derechos humanos, consideró el abogado mexicano Arturo de León Calvo.
En entrevista telefónica, el reconocido profesional del derecho (oriundo de Oaxaca, uno de los estados mexicanos con mayor número de migrantes en los Estados Unidos) enfatizó que desde sus inicios al TLCAN le ha faltado avanzar en una verdadera integración que procure un equilibrio regional, aprovechando las ventajas que cada país posee en diversos aspectos que los vuelven complementarios.
“Es demasiado evidente que, si bien en su momento el Tratado representó un salto cualitativo, cuyos resultados se reflejan en términos cuantitativos, por ejemplo, en las balanzas comerciales que ahora motivaron esta renegociación, no es menos cierto que en otros sentidos se mantuvo estática la evolución social, sobre todo en lo tocante a los derechos humanos y a la democracia”, sintetizó.
Con una carrera dedicada a la defensa y promoción de los derechos humanos en México, con violaciones constantes que son tema frecuente en los medios, para Arturo de León es un imperativo replantear la estrategia para atender problemáticas que de distintas formas competen a los participantes del Tratado más importante que se ha firmado en el hemisferio occidental en los tiempos modernos.
Señaló que durante las más de dos décadas de funcionamiento del TLCAN en el mundo se observa una tendencia irreversible en el sentido de considerar temas que a principios de los noventas no formaban parte de la agenda de los tres países de la región norteamericana, tanto en lo relativo a los derechos humanos como en la protección ambiental que hoy se han vuelto prioritarios.